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Tras una semana en la que nos hemos reunido con varios colegios, hemos podido poner de manifiesto la importancia de la colaboración del mismo en el desarrollo de un niño con TDAH.

La labor en casa es fundamental (especialmente en el tema de normas y límites, refuerzo positivo y castigo), la de un profesional consideramos que también (técnicas que puedan suplir el déficit, motivación, competencias, etc) pero también es esencial la labor del colegio.

Y es qué, durante el gran número de horas que pasan allí pueden pasar muchas cosas que influyan positiva o negativamente en estos niños. Basta que no se vean capaces de contestar de forma satisfactoria a una pregunta del profesor, que los maestros nunca refuercen de forma positiva sus aportaciones, que no se vea igual que otro compañero, etc. para que su motivación descienda hasta tal punto que comiencen a presentarse conductas inapropiadas (un niño tiende a destacar y si no lo puede hacer de forma positiva busca que sea por otras cuestiones).

Por todo ello, es necesario que los profesores y orientadores tengan claras las particularidades del trastorno y el caso concreto del alumno. Todo ello acompañado por una competencia que consideramos básica, FLEXIBILIDAD.

Flexibilidad para:

  •  Mirar más allá de la mala conducta del alumno
  • Saber que necesitan normas y rutinas pero tardán en acostumbrarse a ellas
  • Entender que en casa su estudio conlleva una mayor elaboración y por lo tanto no siempre pueden hacer frente a todas las tareas
  • Comprender que estos alumnos pueden tener un gran proyección y desarrollo rompiendo falsos mitos del pasado

En definitiva, queremos concluir mostrando nuestra satisfacción al darnos cuenta como cada vez son más centros los que se interesan por hacer las cosas bien, adaptarse a estos niños en vez de fomentar la búsqueda de otro centro, formar a sus profesores en este trastorno y valorar nuestra labor.

No obstante, aún queda mucho por trabajar…