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La mayoría de los niños con TDAH tienden a valorarse a sí mismo más negativamente, con más problemas, menos aceptados socialmente y menos felices que los niños de su edad. Muchos estudios demuestran que más del 50% de los niños con TDAH presentan problemas emocionales, como sentimientos depresivos, de ansiedad, inseguridad o baja autoestima.

Los niños con TDAH son más difíciles de educar y de ahí que reciban con mayor frecuencia una información negativa sobre su comportamiento y sus tareas, sobre todo en el colegio. También se les tiende a comparar con compañeros o con hermanos de manera en las que ellos tienden a salir perjudicados («¿no puedes estarte quieto como el resto de tus compañeros?» «A ver si aprendes de Carlitos», etc.) o se les confunden con niños maleducados, vagos, pasotas o tontos.

Por otro lado, los niños con TDAH viven más experiencias de fracasos que de éxitos durante su infancia. Esto se acentúa un poco más durante su etapa escolar. Se esfuerzan por hacer bien las cosas, por gustar a los de su entorno, pero los resultados no siempre son satisfactorios y cometen más errores que los otros, aunque se hayan esforzado más. Este esfuerzo sin éxito, baja su autoestima y establece en él creencias erróneas y poco ajustadas a la realidad. Es decir, se sienten indefensos, incapaces y surgen pensamientos del tipo «no sé que hacer, haga lo que haga, fracaso” «no voy a poder, con lo tonto que soy…», etc.

Estos niños diariamente también se encuentran ante tareas que implican una atención sostenida o autocontrol al que no están capacitados para afrontar, como por ejemplo, mantener la atención permanente durante una clase, lo que aumentan su sensación de frustración o fracaso.

Cualquiera de nosotros, ante una tarea en la que no nos consideramos hábiles tenderemos a afrontarlas con la convicción de que no saldrá bien, lo que afectará ya no solo a nuestro rendimiento ante esa tarea sino que nos afectará emocionalmente de una manera negativa. Por ejemplo, si yo no se patinar y un día me obligan a ponerme unos patines y realizar un circuito, yo pensaré que la caída que voy a sufrir es inevitable y que tendré que soportar las risas y burlas de los demás, lo que me hará sentir más inseguro (esto aumentará más aún mis posibilidades de caída), y más irritable respondiendo de forma más agresiva ante las instrucciones y consejos de quien está alrededor mío. A mayor complejidad del circuito mayor será mi desconfianza, mi inseguridad y mis emociones negativas asociadas a la situación. No es lo mismo pensar “como soy bueno lo sabré hacer”, que otro que piensa “no podré conseguirlo nunca”. El primero lo intentará, mientras que el segundo abandonará antes de intentarlo o ante la mínima dificultad.

Las personas tenemos dos estilos de afrontamiento ante las situaciones que nos resultan difíciles y que nos generan inseguridad: enfrentarnos a ellos o evitarlos. El niño con TDAH con una baja autoestima ante tareas que le resultan difíciles preferirá no tener que realizarlas, sacándose alguna excusa o mostrando una actitud de autosuficiencia, expresando la facilidad de la tarea lo que puede estar enmascarando la realidad. Este mecanismo de defensa más que protegerlo le refuerza sus pensamientos de incapacidad, pues al no intentarlo nunca  vivirá experiencias de superación propias tan importantes para aumentar y potenciar nuestro autoconcepto.

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA AUMENTAR LA AUTOESTIMA DE NUESTROS HIJOS?

  • Aceptar las dificultades que supone que nuestro hijo padezca TDAH, principalmente en referencia a los estudios. Dichas dificultades pueden ser suplidas con unas técnicas eficaces y la implantación de un correcto hábito. Una vez que se reconozcan estas dificultades es más fácil identificar los esfuerzos por parte del niño y elogiar cuando realiza alguna cosa bien hecha.
  • Elogiar los logros. Cualquier logro que consiga por pequeño que sea y sobretodo, aquellos que impliquen un esfuerzo, debemos reforzarlo. Desde bien pequeños, los niños realizan comparaciones entre ellos y sus compañeros y observan como el resto se les elogia un mayor número de veces. Por ello, reforzar sus logros y sus conductas positivas no solo potenciará su autoestima sino que potenciaremos la aparición de este tipo de conductas.
  • Ofrecerle mayor grado de confianza en su persona y en sus competencias.
  • Modificar nuestro lenguaje. Debemos enterrar los «no» tan temible para los niños y expresarnos de una manera positiva.
  • Evitar la acusación y hablar desde el “yo” más que desde el “tú”. Es decir, cuando estamos enfadados con él/ella, es muy conveniente utilizar la siguiente fórmula: “yo me siento…cuando tu haces….porque….”. No debemos etiquetarles, cuando haya hecho alguna mala acción nos centraremos en su conducta y no en la personalidad. Por ejemplo si un niño pega a otro no le debemos decir «Eres malo», sino «no te has comportado de la mejor manera porque has pegado a un compañero» o siguiendo la fórmula anterior «yo me siento triste cuanto tu pegas a tu compañero porque sabes que eso no debes hacerlo».
  • Potenciar actividades que se le den bien. De esta manera se sentirá competente, fomentando su autoestima y si es en grupo mejor, pues impulsará su integración social.
  • Debemos descubrir sus habilidades y aspectos positivos y ayúdele a disfrutarlo (habilidades en el dibujo, delante del ordenador, en el deporte, bailando…afectuosidad, creatividad, espontaneidad, sentido del humor y todas aquellas que seguro encontramos en un niño/a con TDAH)

Son chicos/as con mucho potencial, con muchas virtudes positivas y con talentos ocultos que suelen permanecer enmascarados por varias razones: las características propias del trastorno, la presión académica que hace que nos centremos principalmente en ese área escolar donde presenta más complicaciones y por su baja autoestima.

No perdamos la esperanza en ellos. Apliquemos el ensayo error y ofrezcámosles contextos fuera de lo escolar donde desarrollar y descubrir sus aptitudes y destrezas.

Equipo de Educ-at

educatdah.com

Para recibir más información sobre nosotros y nuestros servicios estaremos encantados de poder atenderles en el teléfono 665.97.55.21 o a través de nuestro correo info@educatdah.com.

 

la-indisciplina-escolar

Los últimos datos de prevalencia señalan que uno de cada veinte niños presenta TDAH. Esto significaría que uno o dos niños por clase lo padecerían, por lo que se antoja fundamental formar a docentes en este trastorno de una manera eficaz.

Los profesores son uno de los principales agentes de detección, es decir, en un alto porcentaje son los primeros en identificar a un niño o adolescente con TDAH. Ellos no diagnostican pero sí que pueden iniciar una posible sospecha del trastorno. Por lo tanto, aquellos que carezcan de formación sobre el TDAH pueden, además de no valorar adecuadamente las señales de alerta, suponer un obstáculo en el desarrollo del niño.

A menudo nos encontramos con familias que realizan un sobreesfuerzo, tanto a nivel económico como a nivel emocional, para ofrecer a su hijo diversos profesionales que les enseñen a adquirir una serie de estrategias que fomenten su crecimiento. Esfuerzos que conllevan mejorías pero que ante un profesor desconocedor del tema supone un freno, puesto que pueden presentar dificultades para percibir cualquier pequeño logro, o son incapaces de incentivar al niño o no comprenden las dificultades que presenta.

Esto no quiere decir que no nos hayamos encontrado profesores, orientadores o directores sensibilizados con estos niños. Afortunadamente,  el origen de las soluciones se encuentra cada vez más en los colegios gracias a personal docente con una mayor sensibilización y concienciación con el TDAH. Profesores que saben entenderles, motivarles y reforzarles, y centros educativos que desarrollan protocolos de actuación en las aulas, potenciando de sobremanera su desarrollo. Todos estos avances nos reconfortan y animan a seguir trabajando en esta línea de difusión.

EN BUSCA DEL COLEGIO APROPIADO

Uno de los aspectos que caracterizan a un niño con TDAH es su paso por varios centros educativos. Estos cambios marcarán su autoestima, debido a las experiencias negativas que viven y a la sensación de no encajar, de ser un problema en cada uno de ellos, por lo que tienen que ir vagando de un centro a otro hasta dar con el adecuado. A su vez, este descenso en la autoestima va a hacer mella también en su autoconcepto (la imagen que tiene sobre sí mismo) y a su motivación, entrando en un círculo vicioso del que cuesta salir.

Enseñar y formar a los profesores que interactúan con los niños durante su periodo escolar nos ayudará a revertir esta situación, a impulsar su crecimiento, a que su motivación y sus competencias aumenten, obteniendo así una mejor actitud dentro de la clase, con su respectiva mejora a nivel global.

La formación tendrá como objetivo que el profesor disponga de un mayor conocimiento, de un mayor abanico de estrategias, percibiéndose como una persona con mayor capacidad para ayudarle y con un poder muy grande para potenciar su progresión. Porque para los niños y adolescentes, los profesores son también modelos en los que reflejarse, figuras de autoridad de las que aprender y que, al final de su etapa escolar, les recuerden como aquellas personas que supieron entenderle y ayudarle, pues como dice Maya Angelou “las personas olvidan lo que dices, olvidan lo que haces, pero nunca olvidan cómo le haces sentir”.

No perdamos la paciencia con ellos, no les apartemos, no los etiquetemos dejando de ver sus cualidades positivas y sus fortalezas. Son alumnos que necesitan una mayor comprensión, una mayor flexibilidad y una serie de pequeñas medidas que no impiden su desarrollo, más bien lo impulsan y favorecen.

Ellos lo agradecerán.

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El día 28 de Noviembre tuvimos la oportunidad de acudir al Foro por la Convivencia organizado por el Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid. Por ello, en primer lugar queremos agradecer a Conchita Antón, parte activa de este Consejo, su invitación.
Resultó muy gratificante ver cómo este trastorno, sobre el que hace ya algún tiempo empezamos a trabajar, está adquiriendo la sensibilización necesaria para concienciar a la sociedad de la importancia de un buen tratamiento.

Diversos profesionales se centraron en hablar de las peculiaridades de este trastorno en su ámbito, pero siempre teniendo en cuenta un aspecto que consideramos fundamental en el tratamiento del mismo: una perspectiva multidisciplinar.

Inicialmente se pensó que con estos niños solo se podía trabajar desde un punto de vista psicológico, más tarde se le dio también a la familia un papel destacado y hoy en día se pone de manifiesto la importancia del centro educativo si queremos conseguir normalizar la vida de estos niños/as. Y es que, es en el colegio donde el alumno pasa la mayor parte de su tiempo, donde crea un autoconcepto y donde ellos comienzan a verse o no capaces de superar sus expectativas. Entramos entonces en la MOTIVACIÓN, para nosotros el motor fundamental a la hora de poder comenzar a solucionar los problemas asociados al TDAH. Ellos necesitan verse a sí mismo capaces y saber que pueden conseguir sus objetivos (esta es la mejor terapia posible que pueden tener). De esta manera también estaremos incidiendo en su autoestima.

¿Y esto se puede conseguir a través del diálogo y la reflexión? Creemos que sobre todo necesitan trabajar y adquirir esas técnicas ya que no habrá nada que les pueda convencer mejor.

¿Cuál es el problema? Que sigue habiendo mucho desconocimiento y/o en ocasiones falta de interés, reconocimiento o colaboración por parte de algunos centros educativos.

Otro de los aspectos que nos llamo la atención fue la aceptación de que el TDA/TDAH (a pesar de tener rasgos comunes en todos los niños/as en función de su componente) afecta de forma distinta a cada uno de ellos. Esto es importante, ya que a veces se considera que se debe tratar de una forma u otra SÓLO en función del predominio, o que incluso se puede tratar de forma grupal al tener aspectos generales. Por supuesto que nos separamos totalmente de esta idea y cada vez se pone más de manifiesto la necesidad de tratarlo de forma individualizada y con un método específico.

Otra cuestión destacada y la que diferentes ponentes se refirieron fue el hecho de diferenciar qué es y qué no es TDAH. Estamos bastante cansados de ver como diversos centros creen que estos niños están mal diagnosticados y no tienen otra cosa que falta de educación o vaguería debido a que su comportamiento en clase no es adecuado.

¿Y por qué no comenzar a creer que se debe a una falta de autoestima o motivación? 

Obviamente todo niño/a necesita destacar y si considera que no lo puede hacer aspectos positivos tratará de hacerlos por otras cuestiones con las que consigan el respeto y aceptación necesaria.Este profundo cambio de mentalidad es el que nos hará pensar que las cosas se están haciendo bien…

En definitiva, agradecemos que se pusiera de manifiesto el hecho de trasladar este problema no solo a los padres afectados por este trastorno sino también al resto de la sociedad, ya que no podemos olvidar que debemos luchar por la normalización de la vida de estos niños y que es totalmente posible.

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El próximo día 30 de Noviembre, Educ-at colaborará junto con el Colegio Nuevo Velázquez en la conferencia organizada por la asociación A.N.S.H.D.A. titulada «Nuevas claves para potenciar la motivación escolar y familiar en el TDAH»

En ella, se tratarán las nuevas claves y pautas para conseguir potenciar la motivación escolar de los niños con TDAH, así como mejorar la motivación y convivencia familiar.

Los ponentes serán:

– María Salomé Taboada Penela (psicóloga de ANSHDA)

– Ángel Terrón González (director y psicólogo de Educ-at)

– Alberto Jiménez Fernández (psicólogo de Educ-at)

Además contaremos con la participación de Carlos González Ciria, director del Colegio Nuevo Velázquez.

La charla será totalmente gratuita, y se impartirá en la sede del Colegio Nuevo Velázquez, en la C/ Rosa Jardón, 9, a las 11 de la mañana del citado día. La duración de la misma será de unas 2 horas aproximadamente. Se ofrece un servicio de guardería con monitores titulados para todas las edades.

Estaremos encantados de poder compartir con vosotros este tiempo, y de paso ofreceros un espacio donde poder plantearnos todas aquellas dudas que deseéis consultar.

Para reservar las plazas, podéis hacerlo a través de nuestros modos de contacto (info@educatdah.com o al teléfono 665.97.55.21), o bien, a través del teléfono de ANSHDA: Tlf. 91.356.02.07.

¡Os animamos a asistir!

Equipo de Educ-at

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Desde que comenzáramos a abordar el rendimiento académico en alumnos con TDAH, pudimos observar cómo se conseguían, al mismo tiempo, mejoras en el ámbito comportamental, tanto en la escuela como en casa. Muchos padres, asombrados por tal situación, llegaron a preguntar si hacíamos «magia». ¿Cómo se ha conseguido? ¿Se mantendrá en el tiempo? ¿Es posible?

Magia proviene del latín magīa, que significa «cualidad de sobrenatural». La RAE la define como el arte o ciencia oculta con la que se pretende producir, valiéndose de ciertos actos o palabras, o con la intervención de seres imaginables, resultados contrarios a las leyes naturales.

Por lo tanto, ¿es verdad que desde Educ-at hacemos magia? Evidentemente no.

El tratamiento del TDAH, tradicionalmente se ha llevado a cabo desde tres posturas: el tratamiento farmacológico, la terapia cognitiva-conductual y la combinación de ambas. Desde nuestra perspectiva, ambas intervenciones son, en muchos casos necesarias, pero en varias ocasiones, se deja sin trabajar el rendimiento académico, aspecto que consideramos fundamental.

¿ES TAN IMPORTANTE TRABAJAR EN EL RENDIMIENTO ACADÉMICO?

Atendiendo a nuestra experiencia, un alto porcentaje de alumnos con TDAH presentan fracaso escolar. Si consideramos las causas nos encontramos con una baja motivación para el estudio y una pérdida de su autoestima.

Nuestro método de trabajo tiene como objetivos mejorar el rendimiento, potenciar la atención sostenida a través de técnicas eficaces, aumentar la motivación e impulsar la autoestima.

Al enseñar unas técnicas de estudios adaptadas a los déficits (principalmente atencionales), logramos que estos alumnos comiencen a verse más capaces, con herramientas en las que apoyarse y en las que confían. De esta manera apreciamos un incremento en su motivación frente a sus tareas escolares. Han pasado del “no voy a ser capaz”, incluso al “soy un inútil”, al “voy a intentarlo que sí que puedo”.

 Y es en este punto, dónde se produce la “magia”. Al aumentar su percepción de capacidad y su empuje, empiezan a prestar más atención en clase, pues se les motiva para ello, se impulsa su autoestima eliminando el rol de “incapaz” y asumen con mayor entusiasmo sus responsabilidades escolares. Esto se ve reflejado en su actitud en casa a la hora de ponerse a hacer las tareas y, paulatinamente, van desapareciendo las guerras que supone sentarle en el escritorio, lo que mejora el ambiente familiar.

Esto no significa que sea un proceso inmediato ni sencillo, pero sí que enfocando la labor con la finalidad de potenciar el avance en los estudios, el refuerzo de la motivación y el fortalecimiento de la autoestima, obtendremos mejoras a nivel conductual.

Todo ello lo vamos reforzando con un  trabajo conjunto con padres y profesores y con la implantación de unas competencias clave en los niños. Pero de este tema, ya os hablaremos en otro post.

Foto: Magia / Danny