¿Qué es el Trastorno por Déficit de Atención o TDAH?

EDUC-AT está especializada en el trabajo con niños con TDA/TDAH (Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad) que tienen dificultades escolares y problemas de conducta derivados.

El TDAH (Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad) es el trastorno psiquiátrico más prevalente dentro de la población infanto-juvenil. Afecta al 5%, por lo que 1 de cada 20 niños lo padece. Se trata de un trastorno neurobiológico, de carácter genético y hereditario, que está caracterizado por presentar tres síntomas inherentes a él: Déficit de atención, excesiva actividad (hiperactividad) e impulsividad. Dependiendo de la predominancia de estos síntomas se pueden clasificar en tres subtipos: Inatento, Hiperactivo-Impulsivo y el Combinado (aúna a los dos anteriores).

A su vez debemos tener en cuenta dos variables importantes que se asocian con el TDAH y que en muchas ocasiones se desconoce, lo que dificulta la comprensión y el correcto abordaje del trastorno. Estas dos variables son: la inmadurez  que se relaciona con el TDAH (una media de 2 años de inmadurez que acaba regulándose) y las alteraciones emocionales que son inherentes al trastorno (por todo ello la importancia de intervenir de manera óptima en esta área).

«El TDAH es un Trastorno Genético y Hereditario que conlleva alteraciones en el funcionamiento cognitivo del niño o adolescente, pudiendo provocar aislamiento social y problemas educativos.»

El TDAH es un problema realmente serio para el niño que lo sufre y para las personas de su entorno social, por las implicaciones que conlleva con el funcionamiento cognitivo del sujeto, por la relación que mantiene con diversas problemáticas asociadas y por su naturaleza esencialmente crónica. Las manifestaciones típicas de este trastorno tienen repercusiones en todos los ámbitos de su vida (escolar, familiar, social y emocional), afectando notablemente al rendimiento académico, a su motivación y a su autoestima.

Consideramos que esta alteración ha dejado de ser un problema únicamente médico para convertirse también en un problema educativo de gran relevancia.

A estos niños, se les etiqueta de niños nerviosos, despistados, despreocupados, maleducados, desobedientes y un largo etcétera que no ha hecho más que enjuiciarles y encerrarles en una visión errónea acerca de ellos.

Debemos entender que en la mayoría de los casos, sus conductas disruptivas no son intencionadas. El TDAH es un desequilibrio químico en determinadas áreas del cerebro que les conlleva que no sean capaces de mantener su atención de manera sostenida en el tiempo (no saben discriminar que estímulos son relevantes y cuáles no), que no sean capaces de autocontrolarse y presenten comportamientos hiperactivos e impulsivos.

Esto ocasiona que nuestra inquietud nazca al comprobar que estos niños y adolescentes a veces son aislados socialmente, aumentando su bajo rendimiento y fomentando una pérdida progresiva de autoestima.

En estos casos, hay que atender en menor grado a comportamientos tales como impulsividad pero hay que definir un exhaustivo método de trabajo que supla las dificultades atencionales del alumno.